jueves, 3 de junio de 2010

Son las tres de la mañana y no puedo dormir. He cogido el mp3 y me he puesto a escuchar música mientras pienso en el.
Y no me había pasado nunca, quizás sean los recuerdos, el estar enamorada, la letra de la canción o simplemente que tengo el día sensible, pero esa canción me ha hecho llorar.
No llorar de dolor sino de felicidad mezclada con un poco de odio hacia mi misma.
Esa canción, a pesar de no entender muy bien la letra, me ha traído a la mente todo lo vivido en este año a su lado.
Una simple canción que nunca antes había escuchado me ha recordado lo estúpida que fui una vez... Me ha recordado esas lágrimas que caían de sus preciosos ojos aquella tarde, lo mal que se lo hice pasar y la angustia que sentí yo cuando cerró la puerta y me quedé sola. Se me callo el mundo encima.
¿Cómo pude ser tan tonta?
La canción sigue sonando y ahora recuerdo aquella noche en la que temblando y con los ojos llenos de lágrimas corría hacia su portal para verle. ¡Me había perdonado! Me abrazó y sentí que de nuevo todo estaba bien y comprendí que era lo más importante en mi vida. No le merezco. Son recuerdos tristes, recuerdos felices que siempre estarán escritos en las hojas de nuestra historia...
Una historia con muchos más episodios felices que tristes, que el tiempo ira escribiendo hasta que las dos estrellas que un día se unieron se apaguen.
Este es uno de esos episodios tristes pero que ahora ayuda para ser cada día mas felices al recordar que fue superado.

Se terminó la canción y mis ojos se despiden de las lagrimas y de esta libreta para dar paso a dulces sueños.

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