domingo, 27 de junio de 2010

Tic, tac, tic, tac... Hablaba el reloj prisionero de la noche, aposento de horas perdidas, guardián ilegal, del crepúsculo y mis voces. Tic, tac, tic, tac ...El sonido del viento consumía mis latidos... Cuando yo te ubico en mi Tiempo limitado, ese tiempo mío, personal e intransferible, tiempo transcurrido, del hoy y del mañanay del que tú traspasas las fronteras y confines de mi Tiempo.

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