miércoles, 20 de octubre de 2010

Mira lo que has hecho. Aquí estoy, en la estación, esperando el tren.

Lo he perdido todo. No llevo equipaje, ni recuerdos ni amor.

¿Dolor? Eso sí me lo llevo… pero sé que durará poco.

No sé cuándo llegará mi tren, pero estoy segura de que me llevará lejos de ti.

A un lugar mejor, donde pueda volver a sonreír. Donde pueda empezar de cero.

Supongo que cuando llegue el tren no habrá más temor. No habrá miedo.

Vivir sin sufrir… ah… no recuerdo como era. Pero aún así lo echo enormemente de menos.

Donde no vuelva a caer. Donde nadie sea capaz de tirarme. Donde pueda volar libre.

Sola… ojala no siguiese sola. Pero la soledad es el precio que he de pagar para no sentir el dolor.

Ah… ese es mi tren… le oigo llegar…

Aquí te dejo, amor. Te quiero. Te quise, pero espero no quererte al lugar donde voy… Porque no quiero seguir sufriendo.

Aunque se, muy en el fondo, que ningún tren podrá hacer que deje de amarte.

No llores. Probablemente no volveremos a vernos. Yo rondaré por aquí, para cuidarte, por si acaso.

Mi tren… ha llegado a la estación. Gracias por acompañarme para cogerlo.

Nos vemos…

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